31 ago 2010

Lluvia [Parte 2]

Estoy en un lugar completamente de color blanco, estoy flotando, mientras estoy en medio del espacio aparece un cinta de color rojo, me dan ganas de seguirla, y lo hago, cuando estoy llegando esta cinta envuelve un pequeño cofre, la curiosidad me gana, así que termino por abrirla, veo dentro de ella, y lo único que hay son fotos, fotos de Kei con Chinen y con Keito. Luego las últimas dos fotos que puedo encontrar es una mía en la que estoy con Kei, estoy sonriendo, luego quiero fijarme en la otra foto pero la cinta se encarga de envolverla, y se la lleva. No sé que es, pero dentro de este pequeño mundo escucho la voz de alguien que me es muy familiar…

-Dai-chan, Dai-chan… Despierta… - escucho y aparece otro yo - ya no llores – escucho que me dice el otro yo – sólo sonríe
El otro yo me empuja y yo doy pasos hacia atrás, mis pasos no se detienen y antes de despertar contemplo a mi otro yo sonriente mientras desata una cinta de color rojo que hay en sus manos, entre esa cinta se encuentra la foto que no pude ver, él la empieza a romper, cuando está hecha pedazos puedo leer lo que sus labios dicen: sólo… sonríe.

Abro los ojos lentamente, lo primero en lo que me puedo fijar es en… ¿Dónde estoy? Esta habitación no es mía, siento algo cálido abrazándome, por fin puedo fijarme y contemplo a…

-P-por fin des-despertaste – murmura nerviosamente Kei
-¿Eh? – miro de arriba abajo, de izquierda a derecha y AMBOS ESTAMOS EN BOXER Y TU ME ESTAS ABRAZANDO, estoy completamente avergonzado, nervioso, desesperado y asustado.
Me fijo en las expresiones de tu rostro, tú también estas igual, ante uno de mis gestos, dejas de abrazarme y dices:

-El doctor te reviso, dijo que no tenías nada, pero tu cuerpo aun seguía frio, no me quedo otra que hacer esto para que entraras en calor
Estaba tan nervioso que conteste fríamente:
-Podías haberme bañado con la llave de agua caliente
Me levanto y mi rostro no sé donde esconderlo porque no quiero que me veas en bóxer, iba a dar un paso para levantarme de la cama pero me detienes agarrándome de la muñeca.
-Para eso tendría que haberte sacado el bóxer que llevas puesto, Dai…
-Con toda la ropa que llevaba puesta – reto, pero enmudezco al ver tu reacción, de la muñeca me jalas con tal fuerza que ya estoy echado en la cama, pero la manta se deja en la mitad de mi cuerpo dejando al descubierto mis tetillas y mi ombligo, y tú tienes esa expresión de seriedad…
-No sé por qué estas comportándote así, pero si querías eso, yo jamás lo habría hecho, mandé traer un doctor de inmediato para que viera si estás bien… ¿Dónde iras a estas horas? – Se notaba que tu expresión era de estar molesto, te acercas mas a mi rostro, y yo estoy mucho más nervioso - Dai-chan ¿Qué tienes? – Tus ojos revelan la preocupación

-No tengo nada – contesto mientras desvío la mirada
-Entonces ¿Por qué desvías la mirada? – y una de tus manos posa en mi cintura, ante tal contacto me sorprendo haciendo un saltito, tú te das cuenta de eso y acaricias mi estomago desnudo.

Mi respiración se vuelve agitada, o mejor dicho estoy completamente nervioso.

-Kei… - digo en un murmuro – deten…te – te acercas más que antes a mi rostro, nuestros labios están rozándose, me haces delirar y no sabes cuánto.
-Dai-chan ¿Por qué no lo admites? - la melancolía en tu voz es muy bien escuchada
-¿Admitir qué?
-La lluvia purifica, pero a veces quisiera que limpiara este corazón, porque sólo puede contaminarse con cosas que jamás pasaran… ¿te parece conocida esta frase? – puedo sentir tu respiración en mi boca, estas demasiado cerca, estas rozando nuestros labios.
Dejas de rozar nuestros labios y depositas un dulce beso, ambos abrimos nuestras bocas y nuestros labios se mueven por si solos, al menos los míos.
Acaricias mi ombligo muy suavemente, pero como esa es la parte más sensible de mi cuerpo, doy un suspiro, aprovechas y exploras mi boca. Te acomodas mejor, ubicándote encima mío mientras sigues besándome, traté de no responderte, pero esta vez fue muy difícil negarte algo.

El beso se hace cada vez más profundo, el aire es cada vez más escaso en nuestros pulmones, nuestras lenguas se entrelazan, se separan, vuelven a entrelazarse. Nos separamos sin querer, pero el aire era lo que necesitábamos.
-¿Necesitas saber más? – dices agitado
-¿A que te re…

Tus labios me callan y una vez más el beso se hace apasionado y profundo, tus manos están acariciando mi pecho descubierto, tus besos descienden, giro el rostro para ver por las pequeñas aberturas de luz que llegan por las cortinas, sigue lloviendo. Tus besos los das en mi cuello, empiezas a succionar mi piel, una extraña sensación recorre mi cuerpo. Una de tus manos acaricia por debajo del bóxer que llevo puesto, encontrando mi miembro ya excitado a causa de tus caricias, empiezas a acariciar una parte más de mi cuerpo, mi miembro.

-Kei…- suspiro
-¿Quién se confiesa primero? – cuestionas mientras descendías y besabas mi pecho
-¿A qu… ¡auch! – expreso al sentir que has mordido una de mis tetillas
-Lo siento
Las besas, succionas y muerdes ligeramente, no sabría explicar lo que estaba sintiendo en esos momentos. Trato de levantar un poco el rostro, y puedo ver la tetilla que acababas de terminar de acariciar, muy roja; la otra también terminaría así.

Jamás dejé que nadie tocara o mirara mi cuerpo, pero tú tienes permiso a toda disposición, porque sé que no me harás daño, no tanto.
Tu mano acaricia mi miembro, es realmente delirante, es decir demasiado excitante. Siento un presentimiento, siento un cosquilleo que baja poco a poco hasta llegar a mi vientre, terminas de jugar con mis tetillas y vuelves a mis labios, me besas y esto es lo único que necesitaría para poder respirar. Sé muy bien lo que se viene, soy hombre después de todo, este cosquilleo en el vientre me lo dice, pero como si supieras lo que puede venirse, la mano que tienes libre se encarga de quitarme el bóxer y así hacer todo más libre.
No sé en qué momento te has quitado el bóxer y no me interesa averiguarlo, sólo con tenerte a mi lado puedo ser feliz y sonreír.

Sigues besándome con tal pasión que empiezo a dar suspiros en tu boca, tratas de hacer más profundo el beso, así que la mano que me había quitado el bóxer, se apoya en la cama, desciendes una vez más, llegas hasta mi ombligo…

-Parte débil ¿eh? – dices mientras estas acercándote a él.
Llevo mi cabeza hacia atrás, trato de no morderme el labio, porque estas besando y lamiendo mi ombligo, sabes muy bien que esta es mi parte débil del cuerpo, lo sabes muy bien. Aquella mano que masajea mi miembro, está yendo más rápido, y eso me da un poco de escalofríos, porqué sé cuál será la respuesta de tus masajes, lo sé.
-Kei… voy a…- me muerdo el labio, dejando visible un hilo de sangre que resbala por mis labios, vuelves a mí y dices:
-Dai…- terminas besándome, mientras que tus masajes son más rápidos y el cosquilleo de mi vientre empieza a ser más grande.
Tus besos son adictivos pero el masaje que me proporcionas lo es también, mientras me besas apasionadamente, no puedo evitar dar un gemido cuando me separo de tus labios, lo deje salir todo, todo en tu mano.
Te miro avergonzado, tú te das cuenta, me das un leve beso y susurras en mi oído:

-¿Esto servirá?
Antes de que termines la pregunta, abres mis piernas un poco y puedo sentir a un intruso en mi entrada, doy un gemido, te miro asustado, a lo cual tú dices:
-Me dices si duele, yo pararé en el instante
Empiezas a introducir un dedo, lentamente das pequeñas embestidas, al principio era muy incomodo, pero mientras me voy acostumbrando ya ni podía sentir que era lo que hacías. De pronto un segundo intruso está entrando…
-Ahhhhhhh - doy un gemido porque ahora la situación se ha vuelto incomoda, es un poco doloroso, e incluso mis gemidos se pueden escuchar por toda la habitación
Vuelves a las pequeñas embestidas, pero las das circularmente, es doloroso, no en demasía, pero me siento muy incomodo…
-Kei…- digo en un gemido y después de eso, me acostumbro poco a poco, al igual que con el primer intruso, mi cuerpo siente algo que jamás antes había experimentado, no me doy cuenta hasta que siento un movimiento, y el movimiento viene a ser mi cuerpo, me encontraba moviendo las caderas. Aquellos dos intrusos ya no eran lo suficiente para mí, quería algo mas, es tanto el placer que de mi boca salen una palabra – Kei – y te miro

-¿Seguro? – no sé a qué te refieres con eso pero pongo mi confianza en ti.
-Hazlo

Separas más mis piernas, te acomodas entre ellas y yo por instinto rodeo tu cintura con ellas, acercándote más a mi cuerpo y haciendo que tu miembro roce mi entrada, un gemido sale de nuestros labios al poder sentir aquello.

Agarras mis piernas, inclinas mi cuerpo un poco, te acercas a mí y lo realmente doloroso comienza ahí…
Arqueo mi cuerpo en muestra de dolor mientras que mi gemido se puede escuchar por toda la habitación, agregando las lagrimas que se derramaron por mis mejillas al sentirte dentro de mí, si es posible la escuchó todo el vecindario. Has entrado en mí, nuestros cuerpos están temblando, pero una necesidad enorme de movimiento invade. Eres el primero en hablar.
-Dai… ¿daijobu? –
-Ha…i – respondo
-Pero…
-Conti...nua – no pienso hacerte sentir mal, aunque el único que siente dolor soy yo
Empiezas a moverte despacio, supongo que para no hacer que yo sienta el dolor, pero no te das cuenta que eso es peor, agarras mi miembro y comienzas a masajearlo para distraerme del dolor que estaba sintiendo. Poco a poco las embestidas van yendo más rápido mientras que un placer enorme me invade.

Los gemidos ruidosos son escuchados en tu cuarto, me aferraba a tu espalda y rogaba por Dios que nadie escuchara mis gemidos, por eso los callaba mordiéndome los labios, un hilo de sangre vuelve a resbalar, tú te das cuenta…
-No te hagas daño
-mmg… -
-No hay nadie en casa
“Alivio” pensé pero de todas formas me daba vergüenza que tú escucharas mis gemidos. Continuaste con las embestidas. La fuerza de tus embestidas fue subiendo, en un par de embestidas más te correrías dentro de mí, hecho por lo cual ambos dejamos salir un gran gemido.
Estábamos totalmente exhaustos, te acomodaste a mi costado, me miraste con ternura y dijiste:
-Daiki, aunque no pienses confesarte… lo hare yo
-¿Eh? – dije con la respiración entrecortada
-Amo la lluvia, tanto como amo a una persona
“¿Qué era eso? ¿Eso es una frase en incógnita? Después de todo, el siempre quiso a… y ¿porque… hizo aquello conmigo?”

Me deje llevar por mis ideas, me levanté de la cama con las fuerzas que me quedaban, pero me detienen abrazándome por atrás, sé muy bien quién es. Giras mi rostro y estando a escasos centímetros de mis labios dices:

-Te amo a ti – sellas tus labios con los míos
¿Cómo? ¿Había escuchado bien? ¿Me amaba a mí? Irradiaba felicidad, jamás pensé que correspondería mis sentimientos, jamás creí que la persona por la quien había dudado, ahora me correspondiera así, de este modo.
Cuando nos separamos por falta de aire, te mire sorprendido, no pude contenerme y…
-Pero y…- “Chinen” es lo que iba a decir
- Fue solo espía
-¿Eh? – ¿a qué se refería con espía? ¿Qué había hecho para tener un espía?
-Te mostrabas tan distante, eso no me gustó, mandé a que él viera porque
-¿Te encanta mandar no es así? - la repuesta me la habías dado, pero… no quería dar más rodeos al asunto
-Mmm… ¿tú qué dices?

-Que ya no lo abrases
-Vaya, descubro celos…- tu ironía era obvia – Dai te amo, sería capaz de no ir a practicar una semana, por quedarme contigo
-Yo… ¡PRIMERO DIME¡
-¿Qué? – preguntaste sorprendido
- ¿LA LLUVIA O YO?
-Tú… aunque la lluvia también
-Es injusto – dije en un casi puchero- a mí solo me gusta…
- ¿Te gusta…? - continuaste con ganas de escuchar lo demás
-Me gusta… alguien llamado Kei
-¿Cuál es su apellido? – preguntaste
-Lluvia – me besaste y así nos quedamos hasta querer respirar
-Tenemos que descansar-
- ¡PRIMERO ME DOY UN BAÑO!-
- Nos damos un baño

Después de ducharnos, nos vestimos, nos acurrucamos en la cama, abrazados hasta quedarnos dormidos.

Antes de cerrar mis ojos, voltee a ver si seguía lloviendo…
-Dejó de llover
-Dai, tu eres mi lluvia…- murmuraba dormido Kei
-Te amo… Kei – pronuncié antes de cerrar los ojos

Cuando amaneció y un poco más tarde:

Un ruido me despertó, abrí los ojos, y vi a Kei buscando algo, o eso creo:
-¿Qué buscas? – pregunta frotándome los ojos
-Oh, Dai, ¿te desperté?
-No
-Desde hace unos minutos está sonando tu móvil, para que no te despierte, lo estaba buscando pero…
-Aquí lo tengo – curiosamente lo tenía debajo de la cama – mos – la voz chillante al otro lado del teléfono habla antes que yo
-Buenos días Dai-chan
-Buenos…días
-¿Y? ¿Te encuentras mejor?
-¿Eh? Bien
-Ayer llame a Inoo-chan y dijo que estabas mal…
-Aaa…. Si estoy bien
-Bueno, no se tomen mucho tiempo, hoy también hay practica… si estas exhausto pues no queda de otra
-¿Tiempo? ¿Exhausto? ¡Oye tu! enano de Takaki – conteste sonrojado… - ¿tiempo? ¿No se tomen mucho tiempo?
-ja ne – colgó el enano
-¡KEEEIII! – grité, pero el nombrado ya no se encontraba en la habitación… ¿será posible? Me deja adolorido y cuando lo llamo no está.
Me cambié al momento y salí de casa apresurado tras Kei. Y lo diviso caminando volteando a cada instante, ¿será posible?
Se da cuenta que soy yo, y corre, antes de correr yo también, recibo un e-mail de él
“Mí querido Dai:
Tu grito se escucho por toda la casa, he ido en busca de una pastilla para que te clame el dolor… ¿Qué haces corriendo atrás mío? Y Chinen…. Ya lo sabía…. Eso y otras cosillas sin importancia. TE AMO DAIKI
Tu lluvia”

Recibo otro mensaje tuyo:

“Ya que puedes moverte, ¿vamos a pasear por ahí? Hoy no iremos a practicar, y yo me quedaré contigo todo el día.”

Termino de leer y me asustan, giro el rostro y eres tú

-¿Qué dices? –
-Tú – digo medio enojado y tú móvil empieza a sonar
-Takaki… Hai… hai… ¿ehhhh??... hai… iie… arigatou… ja ne –
-No me digas que el también sabe… - digo resignado mientras bajo la cabeza
-Si lo sabe Chinen, lo sabe Takaki… ¿lógico no? – Agarras mi mano – bien, vamos mi lluvia
-¿EH? –
- Tú has purificado mi corazón, y ya que no puedo amar mas a la lluvia que a ti, pues tú serás ello, mi querida lluvia
-Pero me gusta que me digas Dai – murmuro, pero lo escuchas
-Entonces serás… mi lluvia Dai – finjo estar molesto – de acuerdo… sólo… mi Dai

Si la lluvia purifica, ¿qué has sido tú para mí? Lo eres todo, algo más que la lluvia, el arcoíris, porque das color a mi vida, y por eso también amo la lluvia.


FIN

5 comentarios:

❤ Akire Yamada❤ dijo...

*o* omg de verdad lo ame T-T escribes hermoso yuumhi hasta me hiciste llorar hahahaha tirar baba y todo *¬*

tsuki dijo...

que monito su lluvia
estann ahhhh
simplemente me encanto el inooda♥

AmiS dijo...

al final de laprimera parte me confundi un poco...pero ya lo temrine de leer...esta bueno....muy bonito!!

Satommy dijo...

Asdasdasdasd
Ame el oneshot~
En serio es uno de los Inoodai's más bonitos
que leido en mi vida...
En realidad fue tan asdadsads ♥

dani-chan dijo...

wauuuuuu precioso<3