17 mar 2010

You used to belong to me [Oneshot]

Título: You used to belong to me...
Autor: hikarii-chan
Pareja: InooDai
Género: Shonen-ai

---
Daiki:
Me miraste fijamente a los ojos. Aquella mirada reflejaba enfado y un poco de miedo. ¿Por qué no me podías creer? ¿Por qué solo te creías lo que Ryutaro te decía? Te devolví la mirada intentando que pareciera una mirada severa, pero por la expresión de tu cara, vi que solo había podido hacer una mirada triste y suplicante.
“-Lo siento-"
Me dijiste con un tono de voz melancólico
“-Si de verdad hiciste esto con él, no puedo seguir contigo. Te quiero y te seguiré queriendo. Adiós.-”
Dicho esto te apartaste de mi y te fuiste, dejando una inmensa soledad en aquella habitación. Se me comprimió el pecho y mis ojos se llenaron de lágrimas las cuales no pude contener. Empecé a llorar mientras recordaba todo lo que habíamos pasado juntos. Todo, absolutamente todo me recordaba a ti.
-Aquel sillón...- Dije en voz baja mientras fijaba la mirada en el sofá que había en un rincón de la habitación.Un pequeño recuerdo me vino a la mente que me hizo llorar con más fuerza.

-Dai-chan, ven un momento...- me susurraste con tu dulce voz.
Me giré y te vi sentado en aquel sillón que mi madre acababa de comprar. Me acerqué a ti pero antes de que tuviera tiempo de sentarme me jalaste por el brazo y caí muy cerca tuyo. Nuestros labios se estaban a punto de rozar. Me aparté rápidamente de ti disculpándome por ser tan patoso. Aunque había sido tu culpa por haberme estirado del brazo. Empezaste a reír y yo aprovechando el momento me senté a tu lado para poder ver mejor tu bonita sonrisa. De repente paraste de reír y me miraste con unos ojos seductores. Yo no sabía qué hacer, me estaba poniendo muy nervioso y no quería que tú lo notaras. Te acercaste un poco a mí acortando la distancia que había entre nosotros y me susurraste al oído:
-¿Por qué estas tan nervioso?
No podía ser. Lo habías notado. Mi corazón empezó a palpitar rápidamente. Nunca me habías hablado con este tono de voz tan dulce. Nunca te habías aproximado tanto a mí. “Claro... Siempre esta Ryutaro con él” pensé. Pero este pensamiento se desvaneció rápidamente de mi mente al ver que te acercabas a mi rostro y justo cuando tus labios estaban a punto de rozar los míos me dijiste:
-Te quiero, Dai-chan. Siempre te he querido y siempre te querré.
Me quedé parado al escuchar esto proveniente de ti. No podía creer-lo, estaba escuchando las palabras que siempre había querido escuchar. Los latidos de mi corazón se aceleraron más de lo que ya estaban y me sonrojé. Quería decirte lo mucho que te quería. Quería abrazarte y besarte mostrándote todo lo que me había estado guardando hasta ahora. Pero simplemente no lo pude hacer. Mi cuerpo no respondía y mis labios no se querían mover.
Noté una mirada inquieta en tu rostro y note como te empezabas a separar un poco de mí. Entonces todo pasó muy rápido. Te levantaste y te dirigiste a la puerta para irte. Cuando llegaste a ella te paraste un momento y me dijiste:
-No hace falta que me digas nada si no quieres, pero ten en cuenta mis sentimientos hacía ti.
Mi cuerpo reaccionó antes que mi mente y corrí rápidamente. Te alcancé y te abracé por la espalda y con una voz entrecortada debido a la respiración agitada de haber corrido te dije:
-Yo también te quiero, Kei.
Me sonrojé un poco al pronunciar tu nombre, siempre te había llamado Inoo, pero seguí hablando
-No te vayas. Quiero estar siempre junto a ti.
Cuando acabé de hablar tu me giraste lentamente y me besaste dulcemente en los labios.

¿Por qué había tenido que recordar esto justo ahora?¿Por qué había tenido que ser justo en el momento en el que me dijiste me ya no querías estar conmigo. Me desplomé en el suelo y me estiré en este mientras seguía llorando. No quería parar de llorar. Esperaba que tú vinieses y me dijeses que todo había sido un sueño, que nunca te alejarías de mí. Pero sabía que esto no pasaría. Sabía que no había manera de volver contigo. Sabía que esto solo había pasado por un malentendido, pero también sabía que tú creías lo contrario y que lo te creerías lo que tu querido amigo te dijera.
Oí unos pasos. Alguien se acercaba a la habitación. Pero me daba igual, fuera quien fuera no me sacaría la inmensa tristeza que llenaba mi interior. Así que continué llorando y con las lagrimas saliendo me de los ojos, me dormí.
El calor de las sábanas me hizo despertar. Pero sin abrir los ojos pensé ¿Cuándo me he estirado en la cama? No lo podía recordar. Lo último que recordaba es que estaba estirado en el suelo llorando porque Kei me había dejado.
-¿Ya te has despertado?
Una dulce voz me hizo abrir los ojos y un dulce olor hizo que me incorporara.
-Ryu me contó lo que pasó ayer así que vine a saber cómo estabas. ¿Te encuentras mejor?
"Es obvio que no.” Pensé. Pero agradecía la compañía del chico así que con un hilo de voz dije.
-Gracias por venir, Keito
El chico me sonrió y se giró para seguir preparando la comida. Aunque él había sido el causante de el rumor que había escuchado Kei, no le guardaba rencor en absoluto, ya que el era mi mejor amigo y nunca querría que nadie me hiciese daño.

**
Inoo:
Te miré fijamente. No me quería creer lo que Ryu me había contado pero algo me decía que era cierto. Me devolviste la mirada. Pero la tuya era una mirada suplicante y llena de tristeza. Ya no podía aguantar más, sabía que si aguantaba más aquella mirada te acabaría perdonando y aunque fuera eso lo que quería, no quería vivir engañado.
-Lo siento-
Te dije con un tono de voz melancólico
-Si de verdad hiciste esto con él, no puedo seguir contigo. Te quiero y te seguiré queriendo. Adiós.
Dicho esto salí de la habitación. Las lágrimas me habían inundado los ojos y no quería que tú me vieses llorar. Ryu se me acercó y al verme con las lágrimas a los ojos me preguntaste preocupado:
-¿Qué te pasa Inoo? ¿Estás bien?
Le conté lo ocurrido y le dije amablemente que quería estar solo. El chico me entendió y se fue a por un pasillo a buscar a Keito. Entré en mi habitación. ¿De quién había sido la idea de que los integrantes de un grupo vivieran juntos? De esta manera me será totalmente imposible evitar a Daiki.
Me estiré en la cama y empecé a llorar. ¿Cómo es posible que todo me recuerde a ti? Y un dulce recuerdo vino a mi mente:

15 de Abril 2009
-Kei... ¡¿Cómo has podido preparar todo esto tu solo?!
Dijiste sorprendido.
Sólo sonreí ante tu pregunta y te obligué a soplar las dieciocho velas que estaban bien colocadas encima del pastel. Mientras las soplabas saqué mi camera de fotografiar y sin que te dieras cuenta te tomé una foto, ¡tenias una cara tan graciosa cuando soplaste las velas! Al ver que sonreía me preguntaste que qué pasaba y escondiendo mi camera pregunté:
-¿Has pedido un deseo?
-Sí...
Respondiste avergonzado
-He pedido que...
Pero no pudiste terminar la frase, yo te había silenciado con mis labios.
Inmediatamente me respondiste al beso y nos estuvimos un rato besando. Nuestro calor corporal iba subiendo. Me cogiste por la cintura haciendo que me sentara sobre tuyo y metiste la mano por debajo de mi camiseta acariciándome la espalda. Un sentimiento de placer recurrió todo mi cuerpo te cogí en brazos y te estiré encima de la cama. Me puse encima de ti y te empecé a besar por el cuello.
Nunca me había sentido tan bien. Aunque había hecho esto con muchas chicas, contigo era diferente, ellas solo habían sido un reemplazo por que no podía tenerte.
Acerqué mi mano a tu miembro ya excitado y lo toqueteé por debajo de la ropa. Esto hizo que soltaras un pequeño gemido que me excitó aun más de lo que ya estaba. Me miraste tentativamente y me empezaste a besar dando suaves golpecitos con tu lengua. Abrí la boca para dejar entrar tu juguetona lengua y nos besamos con más pasión.

Lloré como nunca lo había hecho. Quería estar contigo. Quería volver a sentir tu respiración agitada tan cerca de mí. Quería que me pudieras perdonar por haberte dejado sin tener pruebas de lo ocurrido. Quería... quería ver la sonrisa que nunca salía de tu rostro.
Me levanté de mi cama y me dirigí a la puerta para salir. Necesitaba que me tocara un poco el aire. Pero justo cuando estaba a punto de girar el pomo de la puerta entró Ryutaro y torpemente se cayó sobre mí. Pero en vez de salirse de encima mío, empezó a llorar y me abrazó.
-Lo siento- Decía con una vocecita - Lo siento...
Lo aparte cuidadosamente de mí, me levanté y le ayudé a sentarse en la silla que teníamos más cercana.
Lo aparte cuidadosamente de mí, me levanté y le ayudé a sentarse en la silla que teníamos más cercana.
-¿Qué ha pasado Ryu? ¿Por qué te disculpas?
Le dije con una dulce voz para consolarlo, pero con esto solo conseguí que llorara con más fuerza. Me dirigí a la pequeña cocina que había en mi habitación, llene un vaso de agua y se lo llevé. Cuando se había calmado un poco se lo volví a preguntar y esta vez sí que obtuve una respuesta:
-Yo... Lo que te dije... no era del todo cierto... ¡Perdóname!
Y rompió en llanto otra vez. Le acaricié la cabeza para que se calmara, pero por dentro no entendía nada. ¿Cómo que no era del todo cierto? ¿Acaso podía haber alguna cosa que cambiara las cosas?

**
En la habitación había un silencio insoportable. Keito y yo estábamos comiendo la comida que él me había preparado en la pequeña mesa de mi cocina. Decidí romper el silencio, pero antes que pudiera decir nada él se me adelantó.
-¿Sabes? Dai-chan
Me dijo con un tono de voz preocupado

-Aquel día, ¿qué hubiera pasado si Ryu no hubiera entrado?
Aquel día... No quería recordar aquel día... Había sido el causante de todo el malentendido que ahora había separado a la pareja que todos los miembros respetaban.

-Keito, ¿me ayudas con esto?
Le dije con una voz suplicante a mi amigo. Realmente estaba en una situación un poco embarazosa, llevaba muchas cajas que me había pedido nuestro manager que guardara y casi no me dejaban ver por donde pisaba.

-¡Claro!
Respondió Keito animado mientras cogía la mitad de las cajas para llevarlas dentro del armario.“Hoy no he parado en todo el día...” Pensé, y una pequeña sonrisa se me escapó pensando en lo que me esperaba cuando llegase a la habitación de Kei. “Tengo que guardar esto rápido. Así terminaré antes y podré estar junto a él.”
Cuando guardé las cosas vino el encargado de la limpieza y nos pidió que si podíamos regar las flores, que él se tenía que marchar. No nos pudimos negar, él nos había ayudado muchas veces. Así que Keito y yo nos dirigimos hacía el pequeño jardín hablando animadamente.
Cogimos cada uno una manguera y empezamos a regar sin mucho entusiasmo. Entonces a Keito se le desvió un poco el agua y me mojo todo el jersey. Yo un poco molesto le devolví la jugada y nos empezamos a tirar agua como dos niños pequeños. Era divertido así que aguantamos bastante rato, pero hacía frío así que rápidamente nos fuimos a los vestuarios a cambiarnos.
Me di cuenta que en mi casillero no había ninguna camiseta de invierno, como no quería resfriarme me gire para pedirle una a Keito.
Por mala suerte tropecé con una cosa que había caído al suelo y me caí encima de Keito. Nuestros labios estaban muy cerca por lo que me sonrojé un poco, pero justo cuando iba a salir de encima de él. Un grito nos hizo reaccionar a los dos. Vimos a Ryutaro delante nuestro con una cara sorprendida y nos gritó:
-¡¿Como podéis hacerle esto a Inoo?!
Me moví muy rápidamente para explicárselo pero solo conseguí caerme y juntar mis labios con los de Keito. Ryutaro hizo una mueca y se fue corriendo para contártelo.Keito me apartó cuidadosamente y se dispuso a seguir a Ryutaro diciéndole
-¡Espera, es solo un malentendido!
Pero yo lo aturé diciéndole que no era necesario. Que luego ya te lo contaría para que lo entendieras.

No entendía por qué Keito me hacía esta pregunta y este notó que estaba un poco incomodo así que dijo:
-No es nada, déjalo...
Y con un tono un poco triste mi dijo

-Le he contado la verdad sobre lo que pasó a Ryutaro... Siento haberme metido en donde no me llamaban, pero no soporto verte triste.
Mi rostro se iluminó. ¿Eso quería decir que podría arreglar las cosas con Kei? Pensé. Y le dije:
- No pasa nada Keito, Gracias...
Y salí corriendo de la habitación.

**
Cuando Ryutaro me acabó de contar lo que en realidad había sucedido no pude aguantar más, me levante y disculpando mi actitud ante Ryutaro y salí a la calle. Me sorprendí al ver que todo el paisaje estaba nevado. Pero no me molestó, me gustaba la nieve. Cuando llevaba un rato caminando, me di cuenta que había llegado a tu lugar favorito. Un pequeño parque apartado de la sociedad, al cual, nunca había nadie.
Me dirigí a los columpios, aparte la nieve de uno de ellos y me senté. Necesitaba aclarar mis ideas. Aunque no fuera cierto que me estabas engañado con Keito, me molestaba mucho que te hubieras besado con él, aunque hubiera sido por accidente, no lo podía soportar.

**
Corrí muy rápido hacia la habitación de Kei, pero cuando llegué Ryutaro me dijo que se había ido. ¿A dónde puede haber ido? Pensé un poco sobre ello y solo se me ocurrió un lugar, su cafetera favorita. Salí a la calle y camine a paso rápido hacia la cafetería, pero cuando llegue vi el cartel de “Cerrado por vacaciones”. Me decepcioné un poco, pero esto no me sacó las ganas de seguir buscando. Así que me fui a otro lugar que también te gustaba mucho.
Me pasé toda la tarde así, de tienda en tienda, de parque en parque. Ya estaba oscureciendo, empecé a pensar que te habías vuelto a casa, pero yo no quería volver.
Caminé sin un rumbo fijo y mis pies me llevaron a aquel rincón que tanto me gustaba. Me sorprendí al ver una silueta sentada en los columpios y me acerqué para ver quién era. Al reconocerte inmediatamente me puse nervioso, no sabía cómo explicártelo todo y no quería volver a perderte. Me puse delante de ti y me miraste sorprendido.

**
Cuando ya estaba pensando en irme vi que alguien se plantaba delante de mí. Subí los ojos un poco molestos para reclamar que quería salir, pero me sorprendió que no fuera una persona que no conocía de nada. Sino que eras tú, con la nariz roja y los ojos llorosos mirándome fijamente.
-Kei... necesito hablar contigo
Me dijiste con unas dulces palabras, y antes que pudiera responder seguiste hablando
- Aquel día...

Me levanté rápidamente y puse mi dedo encima de tus labios cortados.
- No quiero que me digas nada
Dije, y al ver que una lágrima salía de tus ojos pensé que quizás habían sido palabras demasiado frías. Con una pequeña sonrisa besé la lagrima que tenias en el rostro para hacerla desaparecer.

- No llores. Yo ya te he perdonado, espero que puedas perdonarme por mi falta de confianza. Te juro que a partir de ahora confiaré más en ti y no me separaré de ti ni un momento.
Dije con la voz más dulce que tenía y antes de abrazarte pude ver como una pequeña sonrisa se dibujaba en tu rostro. Me correspondiste enseguida el abrazo y nos quedamos así unos minutos.

**
No podía creer lo que estaba escuchando. Me abrazaste y correspondí a tu abrazo inmediatamente. Cuanto había querido sentir tu cuerpo otra vez tan cerca del mío...
-Yo nunca he estado enfadado contigo por lo que no tengo nada de que perdonarte.
Dije mientras levantaba mi cabeza para posar mis labios en los tuyos y antes de besarte dije:
-Me quedare contigo para siempre, no lo dudes ni un momento.

**
Y los chicos de besaron sellando así su amor.

---

2 comentarios:

M.F.C. dijo...

Kyaa~

Amaai~

Que buen fic!!
Voy a seguir leyendo (otros) !!

^__~

dani-chan dijo...

kyaaaaaa
q cosa mas linda
me enkanto